Mario Negri comentó en su cuenta de Twitter que él no discute personas, discute ideas. “Me tocó un radicalismo ganador y uno perdedor. Nunca me fui. Fui candidato en 2007 a gobernador de Córdoba cuando la mitad de la UCR se fue al kirchnerismo. Para mí la política está asociada a valores. No hubiera sido ministro de Cristina”, clara referencia a Martín Lousteau.
Así comienza a calentarse una interna del partido centenario que promete pocos adeptos. La razón, es que buena parte del radicalismo celebró la coalición Cambiemos en Gualeguaychú en el año 2015, lo que generó junto a otras fuerzas la recuperación del poder en el orden Nacional, Provincial y en muchos casos municipales.
Si bien aquella asamblea de Gualeguaychú celebró el inicio de Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio), se encontraban voces disidentes. En Pergamino, particularmente, Cachi Gutiérrez no quería avanzar con la coalición por sus prejuicios con el potencial candidato del PRO, Mauricio Macri.
En lo local, el grupo anti-coalición, que también había participado del gobierno de Cristina Kirchner como hace referencia Mario Negri, perdió en la interna para intendente contra el novel candidato del PRO Javier Martínez. Eso ocasionó que la lista definitiva de Cambiemos lleve candidatos de ambas listas de acuerdo al sistema D’ont. En consecuencia ingresaron al HCD local Carlos Elizalde y Ramiro Llan de Rosos en representación de Cachi Gutiérrez.
El espíritu anti coalición se mantuvo y en pocos meses los mencionados concejales se apartaron del bloque de Cambiemos llegando a ser incluso una férrea oposición al Intendente, el mismo que los había llevado a ese lugar (por acompañarlo en la lista del 2015).
Durante las legislativas del 2017 no hubo interna de la coalición y el intendente PRO respetó los escaños del radicalismo, pero alineados con el grupo de radicales que sí estaban de acuerdo en participar en el frente: Juan Manuel Batallánez, José Salauati, Gabriela Taruselli, Sergio Tressens y Guillermo Illia entre otros. Ingresaron en su momento Fabián Albuerne y Victoria Martínez White.
Para las elecciones del 2019, donde se produce la reelección de Javier Martínez por Juntos por el Cambio, se volvió a respetar el lugar de los radicales en las listas (ingresaron Diego Basanta y Gabriela Taruselli); pero en esta oportunidad el grupo de Cachi Gutiérrez, que comandaban el Comité local, decidieron competir con la lista de Lavagna. Cuestión que le significó la renuncia al partido al mismo Cachi Gutiérrez, y no les alcanzó ni siquiera para lograr conseguir un concejal.
Ahora se reedita la misma película. El grupo de radicales disidentes pretende obtener la presidencia del partido local. Vuelven con una figura conocida que hubiera sido concejal hace algunos años: Fernando Escobar, profesional de las finanzas de la ciudad. Sin embargo, parece no tener demasiados cambios, Cachi Gutiérrez logró imponer a su propia hija como candidata a vicepresidente, y el ex edil Carlos Elizalde lleva adelante la campaña, maneja toda la logística.
Por el otro lado, el candidato es Juan Manuel Batallánez, actual Secretario de Tierra, Vivienda y Obra Pública Social del intendente PRO, en conjunto con otros secretarios del centenario partido y cuatro concejales vigentes del bloque de Juntos por el Cambio.
En conclusión, todo lo que parece nuevo es una edición más de la necesidad de mantener un radicalismo adepto a las necesidades de un puñado de dirigentes, en contraposición de un radicalismo atento a la demanda del electorado.