Así se podría sintetizar el posteo que realizara Pablo Giménez ayer con una imagen junto a Aldo Morino afirmando ‘Construir una agenda legislativa común en los temas que más le interesan a la gente. Con el Concejal Aldo Morino coincidimos en la preocupación y necesidad de trabajar de manera articulada por la realidad social y política de Zárate. Por eso nos comprometimos a estudiar los fondos especiales que gravan a la Tasa de Seguridad e Higiene y que impacta sobre los comerciantes y sobre las pequeñas y medianas empresas, para procurar dar un alivio fiscal.’
Lo curioso del caso es que la tasa a la cual se refiere Giménez, fue impulsada e impuesta por el gobierno del que Giménez formó parte hasta hace poco, hasta que lo echaron sin que explicar por qué aunque se sabe que tiene que ver con su gestión en la Secretaría de Obras Públicas. Secretaría por la que también pasó Morino. Si para Morino esto es una preocupación, ¿Por qué no lo planteó durante la campaña electoral de un año atrás cuando se sacaba fotitos con el Intendente Municipal? ¿Por qué no propuso en los quince años que llevan de gestión, su discusión en el seno del Concejo Deliberante?
Con los problemas que tiene Zárate, ¿Eso es lo único a lo que se comprometen estudiar? Bastante poco por cierto. ¿O se trata de lanzar una frase que caiga simpática para lograr aceptación en cierta porción de la población?
¿Esta imagen que ayer compartía Giménez es el primer paso de un trabajo electoral en conjunto? Hay quienes creen que sí, que el ‘acuerdo’ sería Aldo Morino como candidato a Intendente y Pablo Giménez como candidato a concejal, surgen entonces varias cuestiones.
La primera y fundamental es si los generadores del problema pueden ser los gestores de la solución, y la respuesta es clara y contundente, NO.
Pablo Giménez y Aldo Morino, entre otros, son responsables de la situación actual de Zárate. De sus calles rotas, de la falta de agua, de su inseguridad. Fueron (¿ya no son? Mmmmm) parte de la gestión caffarista durante más de una década y ¿Ahora resulta que son quienes identifican sus problemas y proponen sus soluciones? Ellos son parte del problema.
La segunda es entender por qué, si efectivamente son algo distinto al oficialismo, hasta hace poco eran parte de lo mismo. De hecho Morino fue electo presidente del Concejo Deliberante en nombre del oficialismo, y decidió ‘romper’ cuando fue desplazado, mientras que Giménez se dedicaba a evangelizar por la Provincia de Buenos Aires en nombre de Nuevo Zárate, ¿Será la cabecera de playa del partido provincial que quieren crear desde el caffarismo y por el que obligan a los empleados municipales a ir a firmar a la Escribanía Miracca González, para que el nuevo partido político caffarista consiga los avales para poder constituirse?
En tercer lugar, ambos se reconocen dentro del Frente de Todos, ¿Estarán analizando presentarse a elecciones internas dentro del Frente? ¿Será la forma de debilitar posibles opositores, al estilo de Sokol, a fin de garantizar el triunfo del Intendente?
¿Qué pueden ofrecerle a los zarateños estos personajes?
Aldo Morino reconoció públicamente haber cometido dos delitos. Pablo Giménez está imputado, junto al Intendente Cáffaro entre otros, en varias causas judiciales y el propio Municipio lo denunció penalmente cuando ‘cayó en desgracia’.
Claramente es muy poco. Y ese poco es más de lo mismo, porque ambos llegaron al gobierno de la mano de Osvaldo Cáffaro y si no hubiera sido por él, no podrían haber llegado ni a la esquina. Ambos son parte del caffarismo y lo único que pueden ofrecer a los vecinos es más caffarismo, pero sin Cáffaro, disputa en la que lidian con Leandro Matilla, y quizás por eso Giménez participó de la reunión en la Unidad Básica local tras el pedido de condena a Cristina Fernández y Morino de la marcha del día siguiente.
¿Será que los desheredaditos están buscando nuevamente conchavo? Solo falta García Otero, quien tiempo atrás se llenaba la boca contra el accionar del Intendente Cáffaro y pese a haber anunciado el inicio de acciones legales por el desplazamiento ilegal de Mauricio González nada se supo al respecto y guarda un más que sospechoso silencio. Al parecer se encuentra lejos de CERCA y cerca de donde dice estar lejos, cést a dire, el caffarismo.
¿Se vienen agrupamientos cruzados en el Frente de Todos? ¿Habrá interna o una vez más desde la Provincia de Buenos Aires los pondrán en caja y todos callarán sumisamente aunque quieran mostrarse cocoritos?
El viento empezó a soplar en Zárate y además de avivar el fuego amontona a quienes dicen andar sueltos.
Cuando fue el intento de atentado contra Cristina Fernández, Pablo Giménez publicó en sus redes en referencia a la oposición que ‘Son todos sospechosos’, se ve que leyó demasiado a Carl Schmitt en la facultad y militó poco, mucho manual de sobaco pero poca calle.
Según la justicia el sospechoso es él, sería interesante que antes de empezar a pensar en los zarateños le dé explicaciones a los vecinos, las mismas explicaciones que aún no le dio a la Justicia. Explicaciones que también debiera dar Morino de su movimiento político, que solo se basó en el interés personal y en cotizar mejor su voto en un Concejo Deliberante de mayorías efímeras y donde el oficialismo necesita de su voto, cotización que caería en un bloque más amplio. Morino podría explicarle a los vecinos como es que los cuatro concejales elegidos hace menos de un año en la boleta del Frente de Todos forman parte hoy de tres bloques diferentes.
Giménez habla mucho de ‘visión’, es su leit motiv, su palabra clave que busca sintetizar todo. Viendo su accionar, su visión de Zárate anda corta de vista.
Como dijéramos en noviembre pasado ‘Bisnes are bisnes, canta Joaquín Sabina. Había que sacar del medio a Giménez pero no excluirlo porque Giménez sabe… y mucho del accionar del oscuro gobierno municipal. Por eso sigue retwitteando los mensajes del Intendente y apoyando sus candidatos. Porque dejó de ser Secretario de Servicios Públicos pero no dejó de ser parte del caffarismo’. Morino también sabe y mucho del interior del caffarismo porque fue (es) parte de él durante la última década y media. Ambos fueron cómplices de todos sus procederes.
Ambos vivieron los últimos quince años de Cáffaro, su voluntad y del dinero de los vecinos zarateños. Ninguno de los dos está en condiciones de poder mostrar algo de gestión que haya valido la pena para haber estado tres lustros viviendo de la política.
Ambos son más de lo mismo… pero peor.
Ya lo publicó el mercenario, ‘El traidor no es confiable en ninguno de los bandos’.